El Alumno de Inglés – ¿Navegante a Deriva?
Aprender inglés y alcanzar una meta ambiciosa como puede ser el nivel B2 (First Certificate in English de la Universidad de Cambridge) supone un importante compromiso emocional y un esfuerzo sostenido de años de estudio. No alcanzar esta meta supone que toda esa energía vital no se ha aprovechado. Más grave aún, supone NO poder aspirar a las metas personales que descuelgan de saber inglés como pueden ser acceder a estudios universitarios, puestos de trabajo anhelados, viajar, etc.
Hay muchos parecidos entre el alumno de inglés y el navegante de la mar. Los dos deben saber de donde parten, ubicarse en su trayecto, corregir su rumbo, conocer bien su embarcación y el medio donde se mueven. A menudo deben acudir a puertos en su travesía para hacer reparaciones, descansar y repostar. Si es un viaje sin tormenta no hay problema pero si hay peligro de naufragar deben conocer quien les puede ayudar, como pedir auxilio a tiempo, ¡valerse de sus propios medios si hace falta y evitar el hundimiento de su proyecto con su propio sacrificio, ingenio e inventiva! Solamente así llegará nuestro navegante y alumno de inglés a puerto seguro. Una vez allí podrá descansar, o ¡embarcarse en otro viaje más lejano!
Pero, como Cristóbal Colón, muchos embarcan sin conocer cómo va a ser la travesía que les espera. No hay que olvidar que a pesar de conseguir su ambiciosa meta Colón tuvo sus motines y naves hundidas. Su proeza fue preparase correctamente y superar estos contratiempos.
La buena noticia para nuestro navegante de inglés es que ¡eso fue en tiempos de Colón! La travesía del aprendizaje del inglés se ha hecho muchas veces y ahora disponemos de mejores embarcaciones, cartas, instrumentos de navegación, marineros, patrones y capitanes para guiar al alumno navegante. Si preparas tu viaje dominar el mar del inglés es mucho más seguro que antes.
Un alumno sin una meta bien definida ni objetivos es como un barco a la deriva, estará a la merced de su entorno, normalmente para mal. Y, tarde o temprano, un barco/alumno sin rumbo encallará o se hundirá. Como vemos aprender inglés puede ser toda aventura – ¡no exenta de peligros! ¡Otro día hablaremos sobre los piratas que se nos puedan cruzar en nuestra travesía!
METAS Y OBJETIVOS EN INGLÉS PARA PADRES, HIJ@S, ADOLESCENTES Y ADULTOS.
Las metas en el aprendizaje de inglés van evolucionando según la edad del alumno. Los primeros interesados son los padres, como guardianes de los intereses de sus hij@s. Poco a poco ellos le pasan el testigo de esta responsabilidad y conciencia de la importancia del inglés a sus hij@s a lo largo de su niñez y adolescencia. Esto ocurre a medida que estos van comprendiendo y asumiendo la responsabilidad de su propio aprendizaje. Con la llegada de la madurez la responsabilidad de establecer metas alcanzables y realistas recae completamente en el adulto.
PADRES (Y NIÑ@S)
Lógicamente los niños tienen necesidades y metas más genéricas y difusas al aprender inglés que los adolescentes y adultos. Por su corta edad es la responsabilidad de sus padres y tutores velar por su bienestar presente y sus intereses futuros. Los niños están descubriendo el mundo (y a sí mismos) mientras que sus progenitores ya lo conocen.
Puede que seas un padre o madre que ya conoce el inglés con cierta soltura. En este caso el reto de motivar y guiar a tu hij@ en su aprendizaje es más fácil porque tú ya conoces el camino, sabes lo que supone en cuanto a esfuerzo y conoces las recompensas que puede brindar. Eres el guía ideal, ¡siempre estarás a mano y sabes de lo que hablas!
Pero – ¡imagínate que debes entrenar a un futbolista profesional cuando no te gusta mucho el futbol, apenas conoces las reglas de juego y no estás en forma! Muchos padres y madres se encuentran en esta situación. Para ellos muy probablemente el inglés no tenía la importancia que tiene ahora para el futuro académico y laboral de su hij@. El mundo ha cambiado en poco tiempo y es más internacional, más abierto y flexible. Para responder a estos cambios las instituciones educativas han aumentado los recursos y tiempo de estudio dedicado a la enseñanza del inglés estableciendo nuevas y más altas exigencias para el alumno.
Estos cambios pueden significar varias cosas. Primeramente puede ser que, como padre, no le estés dando la importancia que merece el inglés para las metas futuras de tu hij@ porque lo estás comparando con la importancia que tenía cuando tú eras joven. En segundo lugar puede ser que no creas que puedes ayudar a tu hij@ porque tu propio nivel de inglés es más bajo que el de tu hij@. Así que aunque gran parte de la responsabilidad de gestionar y monitorizar el progreso en inglés, y todas las otras materias, recaiga en los padres (es decir EN TI) estas dos circunstancias pueden impedir que ellos puedan defender los mejores intereses de sus hijos.
Sin embargo, delegar ciegamente en las instituciones educativas no es la mejor estrategia. A pesar de contar con personal especializado en la enseñanza de inglés, mejores medios pedagógicos, etc. las instituciones educativas no tiene el apego emocional a lo largo del tiempo (ni nunca la tendrán) hacia un alumno como el que tienen los padres para con su hij@.
Por tanto muchos alumnos son huérfanos de inglés – acogidos por instituciones sin amor. Aunque las necesidades básicas de un huérfano los cubren las instituciones todos sabemos que el huérfano prefiere tener un padre o una madre. Ser huérfano en una institución no es una vivencia feliz. ¡Evita que tu hij@ se convierta en un huérfano del inglés!
Por tanto no hay que renunciar a hacer un seguimiento del progreso de los hijos por no saber o dominar el inglés. Con la ayuda y asesoramiento de profesorado cualificado con interés se pueden marcar pautas adecuadas para el niño. No hay que olvidar que aunque los profesores suelen cambiar cada curso los padres siempre estarán. Por tanto los padres serán el hilo conductor en el aprendizaje de inglés de su hij@ y serán quienes mejores conocerán su motivación y evolución a lo largo del tiempo.
Por otra parte, es importante que aunque los padres tutelen los intereses del niño para conseguir una meta ambiciosa a largo plazo no le agobien con su consecución. Hay que implicar al niño en su aprendizaje del inglés de forma adecuada a su edad. Disfrutar de las clases de inglés y jugar, en edades muy tempranas, es un objetivo razonable, lógico y deseable. De hecho, disfrutar y jugar bien puede ser la principal motivación del alumno a estas edades. Cuanto más lúdico y divertido sean las clases mejor.
ADOLESCENCIA
Posiblemente la edad más complicada para los padres de gestionar la motivación en el aprendizaje del inglés es la de la adolescencia. Los padres y profesores se ven desplazados y la estima de sus compañeros empieza a jugar un mayor papel en auto-descubrirse. A pesar de toda la competencia los padres pueden empezar un dialogo cada vez más profundo sobre el futuro con sus hijos. Una meta importante puede ser un gradual traslado de responsabilidades en controlar el progreso del alumno desde los padres y profesores hacia el verdadero protagonista – ¡el propio alumno! Pasar el testigo de la responsabilidad del aprendizaje es un proceso vital para su independencia y un tremendo trampolín para estudios superiores.
Eso sí, ahora los padres deberían ya conocer mejor las reglas del juego de aprender inglés para dejar puertas abiertas a experiencias futuras y evitar cegar oportunidades para sus hij@s prematuramente. El alumno adolescente, y sus padres, ya debería tener una idea clara sobre cuál es su nivel actual en la escala MCER (es decir nivel A1, A2, B1, B2, C1, C2). Por otra parte debe conocer sus puntos fuertes y débiles en cuanto al inglés y empezar a contemplar qué nivel específico quiere o necesita conseguir para sus planes y estudios futuros, bien sean vocacionales, académicos o personales. Asesorarse sobre todo lo anterior por parte de profesionales de la enseñanza de inglés es vital, preferentemente en persona y de forma periódica.
ADULTOS
Se le presupone a un adulto tener la suficiente madurez y conocimiento del mundo para tener metas definidas en cuanto a su aprendizaje del inglés. Sin embargo puede que al alumno adulto de inglés le haga falta orientación sobre cuales son objetivos realistas para alcanzar su meta. Para esto debe asesorarse adecuadamente por profesionales del sector (cuidado con amateurs y piratas), información de internet y de las instituciones donde anticipa participar. Posiblemente le pueda interesar certificar su nivel de inglés para incluirlo en su currículo. A menudo su interés estará en temas de ocio y relación social, o conocer el inglés sin prisas para viajar, disfrutar de canciones, la lectura o un hobby. Algunos alumnos adultos ya están inmersos en el mundo laboral con sus correspondientes exigencias de inglés y tienen en mente presentaciones, emails, lectura de manuales, presentaciones de PowerPoint, viajes al extranjero, y un largo etc.
Frecuentemente estas exigencias laborales inmediatas no dejan que alumno adulto visualice el bosque con tanto árbol que le rodea. A medio plazo es posible que deba dar un empujón a su nivel en inglés en todas las destrezas para nuevas y desconocidas exigencias futuras. Atender necesidades inmediatas es importante – pero hay que tener en cuenta necesidades más distantes en el futuro también.
Los adultos también deben asumir una responsabilidad activa en monitorizar su progreso en su aprendizaje de inglés (siempre con el apoyo de su profesorado). Cuando decae el entusiasmo inicial deben revalorar y marcar nuevos objetivos más realistas para sus aptitudes. Desafortunadamente suele ser una tarea solitaria, sin mucho apoyo externo. Pero ¡eso es lo que hay!
Resumen
Muchos alumnos no tienen metas ni objetivos en su aprendizaje de inglés. Simplemente “aprenden inglés”.
Para navegar el aprendizaje de inglés con éxito es importante establecer metas y objetivos lo más específicos, personalizados y realistas posible, revisándolos y ajustándolos de forma periódica.
Trataremos el tema de metas y objetivos en el blog siguiente ¡para crear expertos marineros del inglés!
Paul Wayne Morse: Director de The English Workshop, S.L. desde 1987 en Arganda del Rey, Madrid. BA 1981 por Washington University in St. Louis, USA. Dip. RSA 1998 por la Universidad de Cambridge, Reino Unido.